domingo, 20 de julio de 2008

"El Caballero de la noche": una extraordinaria película



Antes de hacer una análisis de la película quisiera remarcar algo: mi entusiasmo por la película no se debe a mi simpatía por Batman, el más oscuro de los superhéroes. Es más, hasta antes de esta película consideraba a Christopher Nolan como un director talentoso pero sobrevalorado, con películas interesantes pero que terminaban decepcionando por distintos motivos que no es necesario mencionar en este post. Entre esas películas que consideraba fallidas estaba Batman Begins, la antecedente de El Caballero de la Noche.

El Caballero de la Noche es una de las películas más desconcertantes y extrañas que haya producido Hollywood, esa industria que se dedica a crear películas en serie, como si de carros se tratara. En los últimos años se dedicó a explotar sin creatividad ni riesgos la pródiga veta de los cómics, en especial a los superhéroes, esos paradigmas que se pueden rastrear hasta la antigüedad, cuando se creaban mitos sobre hombres casi divinos a la que la humanidad debía su condición. Superman, el Hombre Araña, Hulk, etc., pasaron con mayor pena que gloria en las pantallas, ya que los realizadores apostaron por las ganancias fáciles, fabricando productos superficiales, sin el mayor vuelo intelectual apostando por el entretenimiento fácil y calculado. Sin embargo, esta película sobre Batman es todo lo contrario: es una película sumamente inteligente, que reflexiona sobre el orden, la moral y la cordura, que no subestima al espectador en ningún momento y que tiene un final que está lejos de ser el previsible final feliz de las películas hollywoodenses. Y con estas "extravagancias" la película ha resultado ser uno de los mayores éxitos comerciales de la historia. Hollywood se ha equivocado al menospreciar a sus espectadores ofreciéndole productos que en su mayoría
parecen estar dirigidos a personas con bajo coeficiente intelectual.

Este Batman supera a todas las películas que sobre el justiciero nocturno (lo que es una hazaña, ya que Batman Returns de Tim Burton es una maravilla) porque es la más compleja, la más oscura y la más intensa. Nolan comenzó con pie débil su incursión en Ciudad Gótica, porque Batman Begins pecaba de expositiva, aunque lograba un intenso retrato de Bruce Wayne (logro que en parte se debe al notable actor Christian Bale), el hombre atormentado que hace justicia por encima de la ley. Pero la oscuridad del personaje y de la cinta se perdía cuando Wayne-Batman lograba superar sus traumas y sus dudas al final de esa cinta. En la secuela todo eso desaparece. Las dudas se vuelven a imponer sobre Batman y esta vez no se van. Su justicia se impregna de oscuridad al traspasar sus propios códigos éticos aunque no los olvida totalmente. Y este vez la película no se centra en el héroe, sino que también se enfoca en un villano de antología, sin duda una de las mayores creaciones cinematográficas: el Guasón de Heath Ledger.



Qué cruel se nos hace ahora aceptar la partida del joven actor australiano, que ya nos había dado muestras de un inigualable talento en la conmovedora Brokeback Mountain, pero que en esta película logra la actuación de su vida, corta pero que será inolvidable por este papel. El Guasón que compone está más allá todo; parece un ángel caído, con una prédica torcida y enfermiza. Su fortaleza radica en ello, está más allá de lo físico, como el mismo dice con unos pocos tanques de gasolina logró poner a sus pies a una ciudad con millones de habitantes. Es como uno de los terroristas que con unos cuchillos derribó el World Trade Center, ya que sus objetivos no están en el orden de lo terrenal: el busca crear un mundo anárquico, una antiutopía, el lleva el símbolo del mal y por eso mismo no se lo puede destruir. Solo se lo puede destruir con una cuota mayor de maldad y eso no es posible para Batman que se acerca a ello pero que no logra cruzar completamente la frontera oscura.

El que sí se contagia sin remedio de la maldad y la locura del guasón es el trágico Harvey Dent (un magnífico Aaron Eckhart). La personificación de la honradez, la honestidad y la decencia cae rendido ante el ensañamiento del mal, es el reflejo inverso de Job, ya que cae y con él todas las esperanzas de un nuevo amanecer en Ciudad Gótica. El nacimiento del Dos Caras es el triunfo del Guasón sobre Batman y el comisionado Gordon (interpretado soberbiamente por Gary Oldman), los dos únicos pilares de rectitud de ciudad Gótica que deben apostar a la mentira para que no sucumban las esperanzas.




Sin duda El Caballero de la Noche es una de las grandes películas que hablan sobre la naturaleza del bien y el mal. Me recuerda en cierta medida a esa gran obra maestra de Orson Welles, Sed de Mal, y sin duda supera a esa buena película llamada Sin lugar para los débiles. El Caballero de la Noche deja una sensación de malestar, pesadumbre e inquietud, y sin duda quedará como una de las películas más negras y perturbadoras de la historia.

La película acierta casi en todo. Desde el magnífico guion, la fotografía hasta la banda sonora. Nolan ha inscrito un capítulo mayúsculo en el cine americano de los últimos años y ha demostrado que es un nombre que hay tomar en cuenta. Es hora de que Hollywood deje de confundir entretenimiento con estupidez y siga el ejemplo de esta película y arriesgue en sus próximas producciones.

Caeiro